“Es más que buena. Es buenísima”
Lo ha dicho Zapatero, bonita. Así que no se si felicitarte o acompañarte en el sentimiento.
Toda la prensa deduce que el presidente se refiere a que es una candidata estupenda para las próximas elecciones a la Comunidad de Madrid. Se entiende que para perderlas.
En su curriculum está haber sido concejala, secretaria de estado para asuntos iberoamericanos y, actualmente, ministra de Sanidad. Se trata de una trayectoria, cuanto menos, dispersa. Que encaja perfectamente con el motivo que su jefe apunta para justificarla: es que es “buenísima”. Obviamente, semejante mérito debe de ser fundamental en los cargos reseñados. Pero seguro que se puede extender a un abanico más amplio de posibilidades:
“Buenísima” de bondadosa: buenísima con sus amigos, con sus padres, con sus vecinos, con sus parientes, con la humanidad, con el reino animal. Buenísima de que recicla, de que apaga el grifo mientras se cepilla los dientes, de que pasa del ascensor y sube por las escaleras, buenísima de que es socia de “famélicos children”, de “todos contra el fuego clown” y de “ex secretarías de estado sin fronteras happy”.
O “buenísima” de habilidosa: buenísima con la play station, con la wii. Buenísima aparcando, sintonizando la TDT, montando o desmontando el scalextric, andando en bicicleta, haciendo malabarismos con tres pelotas de tenis, o hasta con siete.
También puede ser “buenísima” de que hay cosas que le salen muy bien: buenísima haciendo croquetas, o magdalenas, o bizcochos de soletilla. Buenísima con los sudokus, con el punto de cruz, con el inglés. Buenísima organizando despedidas de soltera, amenizando las sobremesas, o manejando el office 2007 a nivel de usuario.
Y por último, “buenísima” de que es muy graciosa. Pero graciosa de que te partes, vamos, una cosa descomunal. Porque estamos hablando de conseguir que se descojone el presidente del gobierno. Y es que, tal y como están las cosas, hacer reír a ese hombre debe de ser más complicado que adelantar donde estará el IBEX la semana que viene, si es que aún está.
En fin, que Zapatero sabrá lo que más le conviene. Mi única duda es si lo que más le conviene a él coincide con lo que más nos conviene a todos.
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