Se acaban de publicar las festejadas pruebas de stres realizadas a la banca española.
El asunto consiste en que, aplicadas unas condiciones de mercado extremas, medimos la capacidad de resistencia a las mismas de nuestras entidades financieras y, visto que las soportan, deducimos un estatus de confianza y optimismo que nos permite superar con alegría la pesadumbre que, como una tormenta aciaga, se cernía sobre el futuro de nuestras finanzas.
Yo no me entero de mucho.
Pero desde que hemos ganado el mundial ser español está un puntito por encima de ser la hostia, que siempre lo hemos sido. Así que solo faltaba que vinieran los que puntúan la deuda a tocarnos la bandera. Que apenas hace un par de meses que la hemos sacado al balcón.
Lo que pasa es que nos tienen envidia por lo de la siesta, el sol, los bares y nuestra idiosincrasia de jarana y desenfado. Eso lo sabe cualquier españolito de pro. O cualquier inmigrante que siga telecinco y esté bien integrado.
Las pruebas de stres han dado positivo. El predictor del capital dice que estamos preñados de confianza. Que en el hipotético caso de que se de la remota circunstancia de que ciertos indicadores macro económicos señalen valores del todo improbables, estaremos con creces preparados para superarlo. Lo imposible era pasar de cuartos, eso lo sabe todo el mundo.
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