Atención a esta foto.
El verdadero protagonista no aparece.
Atisbamos su presencia porque ha atraído la atención de la vaca, que gira su cabeza y lo observa acercarse.
Se trata de Don Quijote de la Mancha, que a lomos de Rocinante, su rocín flaco, ataca los molinos de viento armado con su lanza y su locura.
Torpe de mi. No fuí lo bastante rápido con la cámara.
Justo después de esta instantánea, el personaje de Cervantes atravesó el encuadre arremetiendo feroz contra un molino situado a siete metros y medio de la vaca que, pasado el ruido de espuelas y hojalata, continuó pastando en el prado totalmente ajena al artificio.
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