En el principio sólo existía un océano infinito, Nun, que contenía todos los elementos del universo. No existían ni el Cielo ni la Tierra, y los hombres aún no habían nacido. No había vida ni muerte. El espíritu del mundo se hallaba disperso en el caos, hasta que tomando conciencia se llamó a sí mismo; así nació el dios Ra.
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