Este fenómeno es fácil de entender.
Una vez recogida la cosecha las posibilidades son múltiples: puedes venderla, regalarla, fumártela tu mismo...
En todos los casos combates a la crisis de forma eficaz y divertida o, por lo menos, consigues que, durante un rato, la crisis no importe.
1 comentario:
Me encanta, voy a ponerme un huertito para sonreir más!!!
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