jueves, 4 de noviembre de 2010

De Madrid al cielo

Escala como un insecto hacia el techo de la Gran Ciudad.
Trepa por la Torre, inexorablemente.
Desde allí la perspectiva es magnífica, y las posibilidades de salto incalculables.
No hay quien lo detenga.
Es implacable, voraz, pero no impredecible: puedes apostar que siempre escapa.

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